miércoles, 6 de enero de 2010

* sin nada más que esperar*


Y un buen día me despertó un gran olvido, me despabilo enérgicamente repicando en mi cabeza una de esas certezas que uno a veces ve y supone casi imposibles de alcanzar.
Me perdí un minuto observando las flores de la cortina de pronto las deje de ver y sonreí entre triste y confundida. Realmente habías terminado de alejarte de mis sentidos. Te fuiste con los pasos del silencio y sencillamente no supe como ni cuando dejaste mi cuerpo lleno ecos confusos, con las luces bajas, ventanas a medio cerrar o a mitad de abrir (quien sabe). Me fui quedando sola y perdiendo costumbres tan mías como buscarte desesperadamente al sentir tu perfume entre un cúmulo de gente desconocida.
Ya no te pensé a cada paso ni te extrañe a rabiar en noches frías y lluviosas.
Deje de ver casi todo con esa mirada tonta y enamorada. Olvide leer todo teniéndote como compañía. Tu nombre se fue perdiendo como se disipan las formas del humo de mi cigarrillo.
La luna solo es la luna y no aquella esfera mágica que nos unía.
Tarde o temprano uno se levanta con las manos llenas de un amor en ruinas y convertido en polvo que se te escapa entre los dedos tan deprisa que no te das cuenta cuando ya no tenes ni los recuerdos de lo que fue ni lo que pudo haber sido y lo que es peor ya no te interesa retenerlo.

1 Comment:

  1. Mariana said...
    NOS PASA si y mucho y es bueno y sano no retener lo que ya fué...se puede extrañar pero no siempre...
    Un cariño,me encantó.

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